Asesor de ministerio de Catequistas y Miembro de la
Segunda Casa de Apostolado CCSR.
A lo
largo de nuestra historia, León, ciudad con una ferviente fe, celebra año con
año la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, una semana del año donde se
sale de la rutina para recordar los misterios de nuestra fe, esto viene según
las fuentes históricas desde el siglo XVI, donde los españoles empezaron a
inculcar en los primeros aborígenes, nuestra primera fe la cual llega hasta
nuestros días, es grato recordar que en la época colonial rondaba por nuestros
países una frase muy famosa: “Semana Santa en León y Corpus Christi en
Guatemala”, la ciudad de León, Mariana por Excelencia honra en esos días a los
episodios más dramáticos del Redentor.
De
las procesiones que embellecen nuestras calles y que atraen al turismo nacional
e internacional, pero más aún, a promesantes de todas las partes de Nicaragua,
sin duda alguna es la procesión de San Benito de Palermo. Desde horas de la
mañana la devoción de “repartir chicha en nombre de San Benito” inician los
honores a uno de los santos que más ha protegido a nuestra ciudad,
originalmente devoción que se celebraba dentro de la iglesia al igual que la de
barrer el aserrín, en tiempos modernos se ha expandido a las casas particulares
donde los promesantes ya sea pagando algún favor recibido o bien, manteniendo
la promesa de las generaciones pasadas, alegremente reparten a aquellas personas
que piden un poco de este fresco en nombre del santo.
Por
la tarde las personas se reúnen en la Iglesia de San Francisco, donde a eso de
las 4 de la tarde salió a bendecir las calles de nuestra ciudad, en la
procesión podemos ver como personas llenas de fe y agradecidas por favores
recibidos acompañan al Santo con “trajes de luces” portando antorchas en sus
manos (candelas), los cuales datan de tiempos antiguos como un modo de hacer
pago a una intercesión recibida del santo negro y labios rojos, San Benito de
Palermo.
Y a lo largo
de su recorrido bendice e intercede por nosotros, mientras las personas gozosas
acompañan a manera de penitencia, caminando una parte o todo el recorrido junto
a él, los cargadores devotamente mecen la imagen a lo largo de todo el
recorrido hasta que retorna en las horas de la noche, donde las personas al
despedirse del santo añoran volver a verlo el año entrante y que a lo largo del
año siempre bendiga sus hogares y sus familias.
De esta
manera los leoneses llenos de fe pedimos que San Benito interceda por el pueblo
de León para que siempre lo proteja y lleve nuestras suplicas ante Nuestro Buen
Padre Dios. Cabe señalar que San Benito no pertenece a los misterios de la
semana santa pero ha sabido alojarse en cada uno de los corazones leoneses.
León,
01 de agosto de 2012
Fotografías:
Christian Eduardo Toval Ruiz
Álbum
Semana Santa 2012 y Álbum Semana Santa 2011.
¡Que Viva San Benito de Palermo¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario